(Un comentario de Felix Medina en el exilio espiritual)
Esta es la primera vez que creo ver adentro de mis ojos de esta manera. Lo que sí es cierto es que el tiempo se me ha caído como miel entre mis dedos. No dejando dulce sino amargo, el tiempo se me ha ido en banalidades, oficios de aprendizaje taciturno tirándole a lo volcánico.
Ahora ando como barco sin vela, buscando el farol de la esperanza por las noches. A lo lejos unas cuantas embarcaciones de amistad y amor guían mis pasos. Mas no hay respuesta a mi sonido, tan solo el eco de mi paso. A la deriva ando, pero nunca sin corazón, siempre en el motor de mi ser, la gasolina huele a ella y a sus sonrisas. Sueño con sus manos sujetando mis dedos.
¿Serán estos pasos con sombras húmedas o será la luz que se pierde ya en el horizonte? El caso es que me he encontrado con lo más obscuro de la noche. Pero se cuando es momento de partir hacia el amanecer, se cuando es momento de actuar como poeta naciendo de las llamas del fénix, cuando es momento de ser mariposa saliendo de su capullo, cuando es momento de actuar sobrenaturalmente… pero aun faltan siete días.
En el retorno nunca hace falta nada más que mis manos. Siempre los retornos han sido así, ahora el regreso lleva como propulsor la sangre nueva del bosque sagrado, lleva el olor maternal, el olor a humano, el sabor de ángeles, la saliva del renacimiento.
Y si me veo en el espejo del cielo: se verán tan solo apenas los rastros de lo que fue y no quise parar. Se verán los rastros de aquello que se quedo atrás; verde pasto y que ahora es montaña y titán del norte.
No se apuren que el desierto siempre ayuda al espíritu a comunicarse con el sol del Universo. Apenas son los inicios de un alma en llamas, el fuego me ha purificado. Estrellas de la noche danzaran por siete días, siete para crear al Universo y siete para destruirlo y volverle a dar vida.
Ya nada me detiene, solo ella, sus ojos y Dios.
(Escrito por Lahat Kan en la Cd. de Chihuahua, Chih. Mexico 29 de Mayo del 2010)
