domingo, 4 de julio de 2010

[Lit] Treinta y dos minutos



¿Quiénes somos nosotros? Me pregunté una noche obscura. Eran las dos y treinta y dos minutos en la madrugada del domingo. Que importa la fecha pero el clima y los números del momento si importan, era fresco y teníamos un aire de revivirnos. Es el bosque y vivimos un cuento de los que solo pocos se atreven a contar. Aun recuerdo las trompetas de gloria, casi puedo palpar que su ahora ojo… se nos representaba como un arco iris y las cejas de ella; ventanas de miel, eran las que nos guiaban hacia la victoria. Y hasta este momento taciturno nos damos cuenta.

Pasamos por alcantarillados, nos volteamos la espalda, nos traicionamos y nos fusilamos a nosotros mismos. Sufrimos como guerrilleros en las montañas: enfermedades, pestes negras y grises, soledad, amargura y hasta la muerte fue parte de nuestra vida cotidiana. Ahora tú me dices que el trabajo no importa, que empezamos de cero, pero el sudor diario vale su peso en oro. Nosotros no somos lo que hicimos sino lo que pensamos que somos ahora y ejercitamos. Es la voz de Dios la que nunca falla, la que nos acompaña como la vena aorta desde el nacimiento, la que canta el himno sagrado con la luz azul y roja.

Al momento que llegó ella; cometa que no se esconde, me arrebató mi egocentrismo de relámpago. Con su estancia en mi alma, con su presencia, me hizo pensar en lo que existe mas allá del Universo y Dios nos tiene preparado. Al momento de su nacimiento presentí que venia el guía más puro del cosmos a luminar mi camino empedrado. Ella es ave que redime al más triste viajero y al más solitario poeta. Ella es esperanza para quien esta vencido.

Y por las noches cuando veo las estrellas, veo la luz de la luna y me pregunto si ella lo hizo para nosotros en sus tiempos recreativos, si ella nos ato a nuestro mundo como el génesis ato a los cristianos a un mismo corazón. Ahora entiendo perfectamente su andar por las nebulosas, su liderazgo de meteoro enardecido, entiendo muy bien que vino a enseñarme lo hermoso de mi mismo y el contacto con lo divino. Tristes serán mis palabras por siempre, ya que no encontrarán jamás una manera perfecta de expresar lo que siento por ella; risa de nubes, viento de caballo, sol de titanes, monte de esperanza, yugular de amor, árbol de eternidad, fuego de vida y creación apuntando hacia el infinito.

¿Quién eres creadora? Que pareces ser un simple mortal pero con tu sonrisa me desgastas la felicidad ¿Quién eres? Que te acabas la sed de amar de mi espíritu y me haces escribir como si en mis dedos se estuvieran redactando libros para la humanidad, como si me poseyera el más alto régimen de felicidad. El que solo se ve a través de la luz y la energía. Dos caminos en un mismo astro. Anillos bipolares de Saturno.

Algún día nos veremos en otras dimensiones y comentaremos lo vivido, pero siempre… más allá de la tarde y de cuando cae el sol. Naceremos juntos con las mismas muecas, los mismos sonidos que nos unen a ti, a mí y a nuestra compañera, que es tu madre. Nos unen a un rincón en donde solo nosotros vivimos, nos confiamos y nos perdonamos todo. Al fin y al cabo somos almas en el viaje eterno hacia la evolución cósmica. Por tus ojos mis venas y ¿Quién irías a ser que Dios te dio esa sonrisa? Eco en el espacio.

Felix Medina

1 comentario:

Anónimo dijo...

todos queremos a nuestros hijos tanto como tu a tu hija tan chula la vedia!!!! ojala pronto se me haga conocerla :) besos ik